Bienvenido al Muro

Joven o anciano, hombre o mujer, sed bienvenidos en la aventura que acaba de comenzar, tiene ante sus ojos el Muro, el lugar desde el cual los politólogos tratan de proteger al pueblo reduciendo las desigualdades y evitando los conflictos, espero que lo más pronto posible vista el hábito negro y se una a nosotros para analizar y dar alternativas a la situación política.

Pase, no tenga miedo...

Desarrollo Económico y Democracia

El joven guardia de la noche estaba bajo arresto. Su salida de tono en la última formación había sido recompensada con unas horas extra limpiando el castillo. Durante su limpieza, entró en la biblioteca, donde tenía unos cuantos libros que colocar y quitar el polvo de las estanterías. Uno de ellos le sorprendió, "Análisis de la historia reciente de los Siete Reinos". Nunca le había interesado la política ni el porqué los reyes gobernaban de una u otra manera. La vida de un campesino es ajena a todas las actividades que, sin embargo, determinan su futuro. Su aburrimiento limpiando alcanzaba niveles insospechados, así que decidió comenzar a leer el libro que le llamó la atención. "¿Cómo estudiar la política del reino?" era el primer capítulo de un libro tal vez demasiado largo...

El capítulo Desarrollo Económico y Democracia, del libro de Landman "Política Comparada" trata de demostrar la validez (o no) de los métodos de investigación en la Ciencia Política. 
Para ello, en vez de entrar en un análisis metodológico complejo y que aburriría al lector, Landman compara las conclusiones a la que llegan varios autores en el estudio del desarrollo económico y su relación con la democracia usando cada autor distintas técnicas de análisis.

Primero se centra en los estudios cuantitativos. El primer estudio comparativo de muchos países sobre desarrollo económico y democracia lo llevó a cabo Lipse entre 1959 y 1960 usando 28 países occidentales y 20 de América Latina. Para ello primero elaboró una definición de democracia que acotase las posibilidades de estudio y a la vez englobase a la máxima cantidad de casos posibles y a continuación agrupó los casos en cuatro conjuntos: democracias estables, democracias inestables, dictaduras estables y dictaduras inestables.
Una vez hecho eso Lipset estableció las variables independientes que tomaría para observar si había relación entre desarrollo económico y desarrollo democrático. Como variables escogió indicadores para la industrialización, la riqueza, la educación y la urbanización.
Una vez contrastados los indicadores de todos los países, los datos indicaban que cuanto mayor eran los niveles que tenía un país en estas cuatro categorías mayor era su nivel democrático, correspondiéndose siempre con democracias estables. Mientras, los peores resultados los obtenían las dictaduras. De esto se deducía que a mayor desarrollo económico mayor nivel democrático.
Esta visión fue seguida por más autores que introdujeron otro tipo de variables independientes además de las ya usadas por Lipset y escogieron otra cantidad de países para corroborar sus tesis. Así, Robert Dahl utilizó 151 estados en su estudio. Los datos resultantes dieron anomalías a lo que se daba por hecho hasta entonces, pues había estados que tenían un nivel de desarrollo económico elevado que no eran democracias, como la RDA o la URSS.
Debido a las dudas que aportó el estudio de Dahl los siguientes trabajos fueron dedicados a observar si la democracia era un producto del desarrollo económico. Adam Przeworski fue uno de estos autores, que llegó a la conclusión de que en una democracia con altos niveles de desarrollo económico era imposible que se retrocediese en términos democráticos y que esto no tenía porqué indicar que desarrollo y democracia fuesen de la mano. Debido a esto, hay autores que consideran que la relación es espuria: las democracias ricas no se vienen abajo. El mismo Przeworski en el artículo "Granted or Conquered: A History of Franchise Extensions" expone como causa principal de la extensión de la democracia los movimientos sociales y no el desarrollo económico, usando para ello también datos estadísticos de 187 estados que engloban desde 1850 hasta la actualidad.
Otros estudios hablan ya de desarrollo socioeconómico a la hora de hacer sus estudios estadísticos, lo cual, en mi opinión, es desviarse en la búsqueda de la relación economía-democracia, puesto que todo avance social es un avance hacia la democracia (entendida claro, desde un punto de vista más abstracto y no procedimental) y que, los retrocesos sociales que se están viviendo en los últimos años si merman la democracia (esta si, abstracta y procedimental: récord de abstención en las elecciones del 25 de marzo de 2012) a pesar de que el sector económico vive momentos de grandes beneficios (no hay más que observar la lista de Forbes, los beneficios de las grandes multinacionales, los rendimientos bursátiles, etc.)

Otra ruta de investigación son los métodos que observan sólo unos pocos países. La investigación cuantitativa de pocos países empieza con un estudio de Daniel Lerner en 1958 sobre 73 países que luego, una vez extraídas inferencias, reduce a países de Oriente Medio. Su estudio no demuestra que democracia sea consecuencia de desarrollo económico, si bien una democracia estable suele tenerlo, y revela datos como la que la secularización es mayor en las dos democracias más estables, Líbano y Turquía. Esto es un rasgo clave en una región del mundo en la que el papel de la religión ha sido y es clave para el día a día de los países, por lo que se uniría a desarrollo económico. De otros estudios cuantitativos con pocos países se confirma algo que ya se apreciaba en los macroestudios y es que, en las democracias consolidadas, una vez se alcanza un nivel alto de desarrollo económico, por mucho que éste avance, no se producirán mejoras en el sistema democrático. En otros estudios se añade otra variable independiente que puede condicionar la aparición de la democracia y es la región a la que pertenezcan los casos. Así, los estudios de Landman, Mainwaring y Pérez-Liñán
Frente al estudio cuantitativo se encuentra el cualitativo, que se centra, sobre todo, en romper la relación innata entre economía y democracia. De esta manera Schweinitz en 1964 estudia la ruptura de distintos países con el Antiguo Régimen y la tradición y su relación con el desarrollo económico. Concluye, por ejemplo, que el desarrollo económico en Reino Unido se da primero gracias a la autonomía que tiene la burguesía en las actividades productivas frente al control estatal y que, según van aumentando poder económico van exigiendo poder político. En mi opinión, esto no es del todo así. Sin haber realizado un estudio que lo compruebe, si es fácil de comprobar como desde principios del siglo XVII Reino Unido ya vivía un proceso revolucionario de ruptura con el Antiguo Régimen y que serviría para que los estándares del absolutismo nunca se asentasen en las islas. Además, contaba con instituciones, "democráticas" para la época que limitaban el poder del monarca desde el S. XV cuando el parlamento cobró importancia durante la dinastía de los Tudor. Esto revela por lo tanto que el establecimiento de las bases "democráticas" en Reino Unido es bastante anterior al desarrollo industrial y económico de las islas, pues primero España y Portugal y más tarde Francia le aventajaban económicamente hasta mediados del S.XVIII.
Si estoy de acuerdo en las conclusiones que saca del caso de EE.UU. donde la Revolución Americana se da antes que la expansión económica, que el autor sitúa después de la Guerra de Sucesión, que no deja de ser otra ruptura con el conservadurismo al vencer los yankees a los estados del Sur. 
Después extrae conclusiones sobre los datos de Alemania y Rusia. En el primer caso, el Imperio Alemán era toda una potencia económica, pero, cuando se establece la democracia es justo cuando peor era la situación germana (obligación de pagar los daños causados por la IGM según el Tratado de Versalles, proceso hiperinflacionario y Gran Depresión) y esto, entre otras causas, fue el caldo de cultivo para el nazismo. El caso ruso, sin embargo, es el de un estado que no tiene apenas desarrollo industrial, en el cual no llegó a haber ruptura jamás hasta que no se produce la Revolución de Octubre.
Otros factores para explicar las diferencias en los procesos democráticos son los que usa Barrington Moore, que se centran, principalmente, en la relación entre las distintas clases. Allí donde la relación es más flexible (Reino Unido, EE.UU., Francia) el desarrollo económico va precedido del político. Mientras, en Alemania, donde la propiedad agraria estaba en manos de grandes terratenientes con amplia influencia en la corte de Prusia la burguesía no tenía apenas posibilidad de expansión de manera autónoma, necesitaba aliarse con los terratenientes y para ello renunciar al poder político y "conformarse" con el poder económico. Mientras, en Rusia, el país menos desarrollado de Europa, la relación feudal entre campesino y señor provocó que las ideas revolucionarias desembocasen en la revolución bolchevique sin llegar a plantearse la instauración de un sistema democrático. Por lo tanto, Moore concluye que es en aquellos lugares donde se producen rupturas con la tradición donde se desarrollará antes la democracia.
Mientras, la segunda generación de democracias (las latinoamericanas) no llegan a consolidar sus democracias a pesar del crecimiento económico que vivieron algunas de ellas durante la primera mitad del S.XX.

Para finalizar, se exponen los estudios comparados de un único país. El caso que más me llama la atención es el estudio sobre Argentina que hace Waisman, en el que se compara la situación económica durante todo el pasado siglo y la estabilidad de su democracia durante el mismo periodo. En el estudio se aprecia como Argentina vivió una expansión económica muy fuerte, por encima de grandes países industrializados occidentales, aprovechando la coyuntura favorable de las guerras mundiales y bordeando la Gran Depresión, pero, sin embargo, su democracia comenzó a resquebrajarse a partir de la segunda mitad del siglo. Esta situación se dio también en países de la zona, por ejemplo, en Cuba, donde el crecimiento económico no llevó a la implantación de la democracia.
En el lado opuesto está el estudio de 1993 de Putnam, en el cual estudia la estabilidad y eficacia democrática de las distintas regiones de Italia, las compara entre si. Los datos que saca indican que hay mayor calidad democrática en las regiones del Norte que en las del Sur, las cuales son gobernadas de facto por las mafias, mientras que la zona Norte tiene más tradición participativa (movimientos sociales, antiglobalización, etc.). Es además, la zona de Lombardia y Piamonte la más desarrollada, con una fuerte industrialización, mientras que la zona Sur y Sicila son regiones más agrícolas.

En base a los ejemplos de los tres tipos de estudios, Landman confirma que, el que existan diferentes causas sobre el surgimiento de la democracia, o que el determinismo que hay entre desarrollo económico y democracia quede en entre dicho en algunos casos y completamente demostrado en otros, no significa que los estudios estén mal, sino que cada estudio saca inferencias propias que pueden ser perfectamente combinables a la hora de estudiar la Ciencia Política, ya sea en este o en otros estudios.



Alejandro García-Gil Berbería

No hay comentarios:

Publicar un comentario