Bienvenido al Muro

Joven o anciano, hombre o mujer, sed bienvenidos en la aventura que acaba de comenzar, tiene ante sus ojos el Muro, el lugar desde el cual los politólogos tratan de proteger al pueblo reduciendo las desigualdades y evitando los conflictos, espero que lo más pronto posible vista el hábito negro y se una a nosotros para analizar y dar alternativas a la situación política.

Pase, no tenga miedo...

Pacto de Varsovia

Con la colaboración de: Miguel Romero del Hombrebueno, Sandra Pérez y Alejandro González.

Crónica de la Guerra de las dos naciones: Cuando los Valyrios abandonaron Oriente tras la Maldición de Valyria, se asentaron en Rocadragón, su colonia más occidental. Desde ahí, comenzaron a tejer una red de alianzas con señores de Poniente que estaban descontentos con el orden establecido. Una vez establecida la base, en el primer año de la era actual, Aegon el Conquistador comenzó su lucha contra los Seis Reinos de Poniente....


Génesis y contexto inicial

Tras la Segunda Guerra Mundial se dividió el territorio alemán en cuatro zonas bajo control de las tropas de los Aliados.  En la Conferencia de Potsdam de 1945, que tenia como objetivo el establecimiento de un orden de posguerra y realizar los tratados de paz entre los países participantes en la Segunda Guerra Mundial, se vieron las primeras diferencias entre el bloque occidental de los aliados y la URSS. Estas diferencias estaban relacionadas con el futuro de los países ocupados, la URSS defendió la ocupación permanente de los territorios ocupados por los comunistas durante la guerra, los aliados pretendían desocupar el territorio una vez se cumpliesen las exigencias pactadas en la conferencia. Los dos modelos predominantes y antagónicos comenzaban a chocar en los pactos de la paz.
Uno de los acuerdos alcanzados en esta reunión fue dividir el territorio alemán en cuatro zonas, controladas cada una por EE.UU., la Unión Soviética, Inglaterra y Francia. La Alemania dividida se convirtió en un punto de inflexión en Europa, era la frontera más clara entre países del bloque oriental y del occidental. La República Democrática Alemana se fundó el 7 de octubre de 1949 en la zona alemana bajo el control de la URSS. La zona occidental, bajo control del ejército de tres de los aliados de la SGM, Francia, Reino Unido y EEUU, llevaba desde 1948 funcionando como un estado independiente capitalista, constituido como República Federal Alemana. Posteriormente, la RFA entró en la OTAN y comenzó a rearmarse, lo que provocó que la URSS entrase en alerta y comenzase a tomar posiciones. Las dos principales decisiones fue el bloqueo de Berlín Oeste y, posteriormente, la creación de una organización militar semejante a la alianza atlántica.
Así, el el 14 de Mayo de 1955, se crea el Tratado de Amistad, Cooperación y la Asistencia Mutua en Varsovia, por lo que será más conocido como el Pacto de Varsovia. Los integrantes del pacto de Varsovia fueron en un principio Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, República Democrática de Alemania, Hungría, Polonia, Rumania y, el socio más importante, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Todos los estados mantenían anteriormente relaciones militares con la URSS, pero el pacto de Varsovia sirvió para afianzar las relaciones con un tratado y legitimar la presencia de tropas soviéticas en las Repúblicas Populares y permitir de manera legal la intervención rusa en estos estados. A pesar de que con este tratado la URSS se aseguraba una gran zona de influencia en Europa hubo dos grandes ausencias en la firma del tratado que impidieron que la balanza mundial se inclinase definitivamente hacia el lado comunista, estos estados “rebeldes” fueron la  Yugoslavia de Tito y la China de Mao.
                                                                                                                  
En Yugoslavia, tras expulsar a la Alemania Nazi los partisanos, el primer gobierno de posguerra es de coalición entre el partido comunista y el de los campesinos. En las elecciones que se celebraron después, Tito creó un frente popular por lo que se presentaron listas únicas en las elecciones de noviembre de 1945. Lo primero que hace tras ganar estas elecciones es proclamar la república y a partir de ese momento Tito será el jefe del partido comunista, del frente popular y diversos cargos ejecutivos del gobierno.
Tito defenderá políticas independientes frente a la Unión Soviética, intentando crear una federación eslava al margen de la URSS. En la guerra civil griega, se producen discrepancias entre la URSS y Tito, que proporcionaban su apoyo a las milicias. Se produce una ruptura en el 48 entre la URSS y Tito por el futuro de Grecia que lleva a que pierdan los comunistas la guerra civil que conlleva a que en el congreso de Bucarest del partido comunista se produce una ruptura y condena total del Titismo por la URSS.

Yugoslavia sale de la órbita soviética por lo tanto es el único país europeo que a pesar de los ataques diplomáticos soviéticos mantiene su independencia. Yugoslavia recurre a la ayuda del plan Marshall. Tito va a intentar liderar una tercera vía, intentará innovar en el aspecto económico, un ejemplo puede ser la autogestión de las fábricas y la imposición de objetivos desde las propias fábricas. También será un actor importante entre los países no alineados. 

En 1962 China abandona el pacto de Varsovia como observadora por las políticas que empieza a llevar a cabo Nikita Kruschev. En el 22 congreso del PECURS Kruschev planteo la desestalinización, la descentralización de la URSS y la apertura de la URSS hacia occidente, esto hace que China aparezca en la escena internacional como la defensora de las esencias del comunismo frente a los actos de Kruschev.
El carácter reformista de Kruschev también provoca que E.Hodja, líder de Albania, salga también del pacto. Las propuestas de la coexistencia pacifica no fueron aceptadas tampoco por la parte más conservadora del partido, la nomenklatura.

Significación política y objetivos militares del Pacto de Varsovia

El Pacto de Varsovia, aunque nominalmente se crea como una comunidad de defensa de la paz entre países socialistas, demuestra a lo largo de su existencia unas razones de ser claramente diferentes de la cooperación supranacional. Militarmente se crea como herramienta para prevenir una nueva invasión de territorio ruso, como las que se vivieron durante las guerras napoleónicas y las dos guerras mundiales y políticamente como una eficaz forma de controlar y mantener en la línea ideológica del Kremlin a los diferentes países satélite de la URSS usándoles precisamente a ellos mismos como aquiescentes garantes de la paz interna. Así, todo país dentro del pacto sabe que sus convecinos pueden potencialmente convertirse en yunque y martillo, templando las irregularidades políticas de un miembro díscolo del pacto a golpes de tanque.

Es representativo de esta naturaleza que la única intervención del Pacto sea en Checoslovaquia, un país miembro, para afianzar en el poder a los órganos del partido comunista próximos a la realidad ideológica impulsada por Moscú y contener la respuesta democrática representada por la nueva política de Dubcek. Esta única intervención resolvió cualquier duda que pudiera quedar sobre la naturaleza del Pacto y la subordinación existente a los designios de la Unión Soviética, algo de lo que fueron conscientes los propios miembros del Pacto y que llevó a la separación definitiva de la Albania de Hoxha, cuya participación en el Pacto se encontraba en suspenso desde el año 1961 tras sus devaneos maoístas. Rumanía tampoco participó en esta invasión conjunta, algo que Ceaucescu aprovechó para reforzar su posición dentro y fuera de Rumania, presentando un socialismo nacionalista independiente del estilo soviético. Quedaba así sellado el Pacto de Varsovia como brazo armado de la Doctrina Brezhnev de sublimación de los intereses nacionales a los intereses del bloque socialista en conjunto, es decir, a los de la Unión Soviética.

La actuación en Checoslovaquia no fue la única ocasión en la que se realizó una intervención en un país perteneciente al bloque soviético, existiendo los antecedentes en la República Democrática de Alemania y en Hungría. La revuelta alemana fue solventada por las divisiones blindadas rusas estacionadas como fuerza de ocupación, y se produce en el año 1953, es decir, antes de la existencia del Pacto de Varsovia y fue más un problema de la debilidad en materia de seguridad interna impuesta por la Unión Soviética al espacio alemán ocupado. El levantamiento húngaro, aunque se produjo ya con el Pacto firmado, fue sofocado por la Unión Soviética en una acción unilateral destinada tanto a estabilizar Hungría como a mostrar su capacidad de acción y dominio en su patio trasero, la Europa central socialista, donde va a ser el Kremlin el centro hegemónico e indiscutible.

Esta realidad se refleja también en el diseño de las estrategias militares de defensa y ataque trazadas por los cuadros militares del Pacto. La principal prioridad es, como comentábamos, la defensa del territorio de la Unión Soviética frente a cualquier ataque y por ello todos los planes y ejercicios van a seguir esa línea defensiva y también van a condicionar los potenciales planes de ataque. La Unión Soviética sabía que su mayor baza en una guerra convencional (no nuclear) en el teatro de operaciones europeo era un golpe rápido y profundo, lo suficientemente profundo como para hacer caer a alguno de los estado miembros de la OTAN y desmoralizar al resto, y lo suficientemente rápido como para adelantarse a la lenta cadena de mando horizontal de la OTAN y presentar una situación de combate irrecuperable. Por ello se construyó una red de despliegue rápido en Polonia y Alemania del Este, y se preocupó de dotar a sus ejércitos de importantes alas de cazas de intercepción, radares y tropas aerotransportadas que permitieran actuar con la rapidez y precisión necesarias tanto para contener una primera oleada aliada como para lanzar un ataque relámpago que dañase los principales puntos estratégicos de Alemania del Este. Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria y otros países habían orientado sus ejércitos al poderío terrestre, entendiéndose que entrarían en acción una vez que Polonia y Alemania del Este hubieran allanado el camino. Precisamente eran Polonia y Alemania del Este los tapones humanos preparados por la Unión Soviética en la defensa de su territorio interior, siendo también los países que sufrirían más bajas tanto en caso de guerra convencional como nuclear. Su función era retener y absorber el empuje de las fuerzas de la OTAN hasta que llegaran las divisiones mecanizadas soviéticas, algo que fue plenamente aceptado por los cuadros de mando alemanes pero que levantó muchas suspicacias dentro del gobierno polaco, consciente de los trágicos giros que habían tenido sus anteriores pactos con Rusia. 


Estructura del Pacto de Varsovia
La URSS, que ya mantenía pactos con los países del este, para que estos le permitiesen el estacionamiento de tropas y la instalación de bases en su territorio, fue el principal impulsador del pacto. Del mismo modo que los EE.UU.  Tenían bases y tropas en Bélgica, la República Federal Alemana, Reino Unido y Francia (hasta el gobierno francés se distanció de la OTAN) la URSS creó la estructura jurídica que legitimase su presencia en los territorios ocupados.
Las fuerzas armadas de los países firmantes del Pacto de Varsovia, cooperaban en ejercicios y se apoyaban mutuamente, en caso de guerra quedarían estructuradas dentro de las fuerzas de la URSS, bajo el mandato de oficiales soviéticos, que ocuparían los cargos de comandantes supremos del Pacto de Varsovia durante su existencia. Con estas medidas se intentaba garantizar el funcionamiento conjunto de las fuerzas armadas de diferentes países al combatir bajo un mismo mando. Y a la vez se reconocía la superioridad ideológica y armamentística frente a los demás países socialistas, quedando estos bajo el amparo de la URSS y también bajo su mandato.
Los países firmantes recibirían apoyo militar y logístico proveniente de la URSS para formar y actualizar sus ejércitos, estos se crearían siguiendo las directrices que desde Moscú se repartían, para que en caso de guerra se actuase bajo una fuerza eficaz y poderosa, no comparable con la fuerza de un único estado. En este punto es igual a la OTAN,  la cual unía a sus miembros al utilizar material parecido o estandarizar municiones y logística en general.
Una de las cláusulas del pacto marca la duración del mismo en 20 años y que sería prorrogado en otros 10 años. En 1975, por tanto, se prolongó hasta 1985, en este año se firmaría un nuevo acuerdo para que estuviera vigente otros 20 años. Es curioso que, para abandonar el pacto había que comunicárselo al presidente de Polonia, aunque si un estado tenía intención de abandonarlo la URSS intervendría.
Los jefes de gobierno de los diferentes países formantes del pacto se reunían una vez al año junto a sus estados mayores para establecer los objetivos a conseguir durante el siguiente año. El pacto se dividía en dos ramas:
·         Comité Político consultivo: para analizar y coordinar las acciones no militares.
·         Comando unificado de las fuerzas armadas del pacto: que se encargaban de los asuntos militares de las fuerzas asignadas al pacto por los países miembros.
Los Comandantes Supremos del Pacto de Varsovia fueron:
·         Mariscal de la Unión Soviética Ivan Konev (1955-1960)
·         Mariscal de la Unión Soviética Andrei Grechko (1960-1967)
·         Mariscal de la Unión Soviética Ivan Yakubovsky (1967-1976)
·         Mariscal de la Unión Soviética Viktor Kulikov (1977-1991)

La oficina central del Pacto de Varsovia se encontraba en Moscú, aunque hubiese una aparente separación entre lo militar y político, el Partido Comunista de la Unión Soviética mantenía un control sobre los militares al cargo de las fuerzas del Pacto, con lo que no se podrían desarrollar operaciones sin su visto bueno.

Final, disolución y herencia
El Pacto de Varsovia se disolvió formalmente el 1 de junio de 1991, sin embargo el fin de la alianza militar llevaba fraguándose tiempo atrás.
La URSS había sido liderada durante 18 años por Leonid Brezhnev, el cual había llevado una política internacional e interna agresiva, usando el Pacto de Varsovia como instrumento para controlar a los estados satélites de la Unión Soviética. Sin embargo, con su muerte, la URSS vivió momentos de incertidumbre debido a que en tan solo tres años (de 1.982, momento en que muere Brezhnev y 1.985 cuando accede a la secretaría general Gorbachov) tuvo dos líderes, Andropov y Chernenko. Ambos eran representantes del sector más antiguo del Partido Comunista ruso, pero la situación económica de la URSS, el fracaso de la guerra de Afganistán y la corrupción burocrática obligaban a ambos dirigentes a tomar medidas.
El breve gobierno de Andropov no sirvió para asentar una actuación firme y continuada en el tiempo, pero si demostró que había intenciones por parte de la Unión Soviética de romper con el modelo de Brezhnev. De esta manera, el desarrollo militar que impulsó su predecesor y que supuso el estancamiento tecnológico y económico del país se vio frenado cuando Andropov anunció que no desarrollaría las armas espaciales como si había anunciado en EE.UU. Ronald Reagan con la “Guerra de las Galaxias”. Por otro lado, si bien no veía con buenos ojos la invasión de Afganistán, no dio el paso para finalizarla.
En febrero de 1984, después de algo menos de dos años de gobierno de Andropov, éste muerte y es sustituido por Chernenko. El gobierno de Chernenko siguió la tónica de Andropov en materia internacional con respecto a los estados satélites, si bien, nuevamente, su gobierno fue igual de breve que el de Andropov y no se pudieron sentar unas bases para un nuevo rumbo.

De esta manera, cuando Chernenko muere en 1985, el partido, temeroso de tener un tercer líder de efímero gobierno se lanzó de manera masiva a erigir como secretario general a Gorbachov. Este, en los primeros días anunció reformas para salvar del estancamiento al país. Estas reformas se denominaron perestroika, las relativas a la economía y glasnost, que reformaban la política de la URSS.
La glasnost supuso la apertura política del régimen intentando implicar a la sociedad para que hubiese una aceptación de las medidas económicas. Sin embargo, la apertura trajo consigo el levantamiento de todas las naciones reprimidas durante décadas. En la URSS los movimientos nacionalistas que hasta entonces no tenían voz empezaron a ganar elecciones parlamentarias en sus respectivas repúblicas toda vez que el sector más inmovilista del Partido Comunista sentía como un agravio el proceso reformista de Gorbachov.

En materia internacional Gorbachov fue más allá, rompió radicalmente con la doctrina Brezhnev que imponía la soberanía limitada y apostó por lo que se conoció como doctrina Sinatra. La tesis de Gorbachov permitía a los miembros del Pacto de Varsovia escoger su propio camino (My Way-Frank Sinatra) político con la seguridad de la no intervención de la URSS. Este cambio supuso la pérdida del apoyo de la URSS a los partidos comunistas gobernantes en los estados satélites que se veían incapaces de sostener la situación sin la intervención soviética. Así, en Polonia el partido que surgió del sindicato Solidaridad ganó las elecciones a pesar de las trabas que éstas ponían a aquellas listas que no eran del partido del gobierno y este no contó con la fuerza necesaria para reprimir un proceso que ya era inevitable.
El aperturismo político y la proclamación de no intervención en los estados comunistas europeos tenía como objetivo chantajear a la nomenclatura soviética para que aceptasen las reformas económicas que relanzasen la economía de la URSS, sin embargo, los inmovilistas no aceptaron y promovieron un golpe de estado que, aunque fracasado era una muestra de lo que quedaba por suceder.

Antes de que se produjese la disolución final de la URSS se dieron procesos similares en las repúblicas populares, las cuales, viendo su autonomía respecto al Pacto de Varsovia celebraron elecciones libres que ganaron los partidos opositores y fueron distanciándose de la estructura del pacto hasta que, primero Checoslovaquia, Hungría y Polonia anunciaron su intención de desligarse del mismo en enero del 91 y en febrero de ese mismo año Bulgaria se sumó a esa fuga que se formalizaría el 1 de junio de 1991 en Praga, precisamente, la capital que fue testigo de la única intervención del pacto militar.

A la disolución del Pacto de Varsovia le siguió la de la URSS, cuando los presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia firmaron el Tratado de Belovesh por el cual, en contra de lo dictaminado por un referéndum realizado meses antes, decidieron disolver la Unión Soviética, resolución que sería aprobada por el resto de repúblicas que la integraban en la cumbre de Alma-Ata. Así, Gorbachov dimitió alegando la extinción de su cargo. Tras la desaparición de la URSS había que reorganizar la actividad internacional de los restos. Por ello, los nuevos estados acordaron que sería Rusia el heredero jurídico de la URSS y por tanto se quedaría con las armas nucleares y con la representación en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Terminando la década de los noventa y a comienzos del Siglo XXI se vio como el único nexo de unión de todas las potencias comunistas había sido el poder duro, el militar, debido a que, a la menor oportunidad, aquellas naciones otrora anticapitalistas se unieron a la OTAN en 1999 (Hungría, Polonia y Rep. Checa) y 2004 (Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania y Eslovaquia). Además, todos estos países entraron en la U.E. renunciando así a pertenecer a una posible organización internacional de naciones ex-comunistas.

Los dos herederos del Pacto de Varsovia son la Comunidad de Estados Independientes, que es una organización creada casi inmediatamente después de la disolución de la URSS, a la cual pertenecen todas las repúblicas que anteriormente eran soviéticas y que tiene como objetivo crear una zona comercial común y en un futuro alcanzar cierta unidad de acción política a imagen y semejanza de la U.E. Sin embargo, la organización está envuelta en polémicas debido a la mala relación que tienen Ucrania, miembro fundador, y Rusia, haciendo que la primera no sea incluso miembro de la misma por desavenencias políticas. Por otro lado, los intereses geoestratégicos rusos en el Cáucaso y las repetidas intervenciones militares en Georgia han provocado el abandono de Georgia de la organización y la constante amenaza de esta de ingresar en la OTAN.
Pero, en el apartado militar cabe destacar la organización creada en 1992 pero recientemente impulsada, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, formada por Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán. Esta organización comenzó siendo un simple tratado de ayuda mutua a semejanza del origen que tuvo el Pacto de Varsovia, sin embargo, la ausencia de amenazas tradicionales ha añadido más objetivos, como la lucha antiterrorista y contra el narcotráfico. Aún así, la política de Putin en Rusia ha dado un impulso a la OTSC, creando una Fuerza Colectiva de Acción Rápida en 2009 e invitando a Irán a entrar a formar parte del tratado en 2007, en una clara acción de tenerlo como socio en la zona y hacer frente a la hegemonía estadounidense.

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