La llegada al Muro

La llegada al Muro de la política siempre es dura. La guardia de la noche se compone de cada nueva hornada de politólogos, aquellos que deciden dejar sus vidas a un lado, sus propios intereses y defender la de los demás, luchar por los objetivos e intereses de la comunidad. Pero no todos son voluntarios, muchos llegaron al muro por una nota de selectividad demasiado baja y otros buscan una segunda oportunidad. El muro tiene cabida para todos, todos son iguales, en el muro todos los politólogos tienen la misma importancia y tienen que afrontar juntos una gran misión.

La misión de interpretar los peligros que suceden más allá del muro, dejando de lado las opiniones que pudieran traer de sus pueblos, villas y ciudades, dejando de lado los consejos de sus padres y lo aprendido durante el largo verano en el que el novato guardia de la noche creció.

Los nuevos guardias de la noche deben interpretar los siete reinos de la manera más objetiva posible, siendo conscientes de la dificultad que supone en estas lides separar sentimiento de verdad, pero debe intentarlo, porque más allá del muro se aglutinan los conflictos que la política debe contener y una interpretación demasiado subjetiva, una opinión sesgada, un análisis poco crítico y el muro cae: comienzan guerras, se acentúan desigualdades y nos alejamos de la realidad social.

Si esto ocurriese, el joven guardia habrá fracasado en su misión y todo lo aprendido durante su entrenamiento habrá resultado en vano.

Pero si tiene éxito en su misión, si es capaz de encontrar alternativas, si es capaz de evitar la violencia en todas sus formas, el muro será bien visto, las gentes de los diferentes reinos lo alabarán y cada vez serán más los jóvenes que se dirijan al muro a colaborar en la misión colectiva del pueblo.

Y los bardos narrarán la historia de esos guardias que con un pensamiento crítico desde el muro de la política consiguieron dejar el mundo mejor de como lo encontraron y su ejemplo recorrerá el mundo.